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Toda nuestra solidaridad con el pueblo de Oaxaca en su lucha en contra del corrupto Estado federalDesde hace meses, el Estado de Oaxaca se ha visto sacudido por una serie de movilizaciones que han develado, por una parte, la naturaleza opresiva y la violencia de clase del Estado mexicano, así como la potencialidad de transformación radical de la sociedad por parte de las organizaciones del pueblo. Todo comenzó con una protesta pacífica de los profesores, que se tomaron el Zócalo de la ciudad el 22 de mayo exigiendo aumentos salariales. El 14 de junio les llegó la respuesta de parte del gobernador Ulises Ruiz, de la mano de una fuerte represión policial que dejó 92 heridos. La respuesta del pueblo fue inmediata: movilización generalizada en protesta por el gangsterismo y la corrupción del pequeño déspota de Oaxaca y organización popular de base para conducir el conflicto. En la convergencia de 360 organizaciones populares, nació la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).
Esta organización nació al calor de marchas que han convocado a cientos de miles de personas, de movilizaciones de toda clase, pidiendo la salida de Ruiz y construyendo en la práctica el poder popular que garantice los derechos al pueblo y al calor de miles de barricadas construidas para evitar los ataques de la policía fascista. Esta organización se ha nutrido de la solidaridad que ha recibido la lucha del pueblo oaxaqueño no sólo en todo México, sino que también, en todo el mundo. Esta situación, en que el Estado en Oaxaca se convirtió en un organismo sin ningún peso, y mientras el poder popular crecía en el seno de la organización de la que el propio pueblo en lucha se dotó (la APPO), motivó la reacción desesperada por parte del presidente Fox.
El 29 de octubre, la policía, el ejército, paramilitares y matones a sueldo llegaron con toda su fuerza, 4.500 efectivos, a agredir al pueblo en lucha. Estos matones, actuaron de manera similar a cómo lo habían hecho, ya hace varios meses, en Atenco, donde también golpearon, abusaron de mujeres y saquearon a la población local. Igualito no más que en tiempos de Atila. El resultado de toda la violencia que desde entonces se ha venido aplicando es una decena de muertos, un número incierto de heridos que sobrepasa el centenar y una veintena de desaparecidos. Con toda esa violencia, lograron recuperar el zócalo y volver a poner a Ruiz en su oficina. Pero no han podido controlar la situación en toda la ciudad, y no podrán, porque esta no es la lucha de un puñado de “anti-sociales” como hablan los medios de prensa mexicanos. Es la lucha de todo un pueblo, que resiste en sus barricadas que se encienden por toda la ciudad y que persiste en sus demandas.
El mejor ejemplo de esta resistencia popular es el dado por los defensores de la Universidad Autónoma Benito Juárez, quienes el 2 de noviembre, repelieron a la represión. Con cuanto tenían a mano, pero ante todo, con su organización. Como las compañeras presas políticas expresaran recientemente en una carta pública, el conflicto ha enseñado a resistir y a unir al pueblo, desde la lucha, desde abajo, desde fuera de las instituciones burguesas. La “Comuna de Oaxaca” es hoy un ejemplo de poder popular, de democracia directa, de autogestión, que iluminará las luchas populares en América Latina y el mundo.
¡Oaxaca Somos Todos! ¡Fuera Policía, Ejército y Matones de Oaxaca! ¡Unidad Desde la Lucha y Desde Abajo! ¡Por la Libre Asociación de los Pueblos!
Liberación 1 - Boletín Internacional en Castellano del WSM - http://www.wsm.ie/story/1471